EL DIENTE DEL KRAKEN:
Avanzando entre la cienaga tras su
encontronazo con la extraña bestia los orcos llegan repentinamente a un
claro. tan sorprendidos como si se hubierán encontrado al mismisimo
Gorko, permanecen estupefactos contemplando el paramo solo un par de
metros más haya de donde se encuentra el orco que iba en cabeza, hasta
que un fuerte empujón aparta al orco con desprecio.
El guerrero
se gira furioso para encontrarse cara a cara con Kragg, que lo mira con
parsimonia durante un segundo, hasta que el otro orco agacha la cabeza
en señal de deferencia.
El jefe orco avanza hasta el paramo con un dicharachero Dragi pisandole los talones. A Kragg
no le hace falta los cuchicheos de Dragi para saber que esta en el lugar correcto.
En
medio del paramo se eleva una enorme torre dorada
cubierta de lianas y hojas, pero aun así el jefe orco puede notar el
poder que mana de la edificación. Ningún animal s encuentra en la zona,
hasta el croar de las ranas de la cienaga se ha silenciado.
Con un giro de cabeza mira fijamente a Dragi interrogando al goblin nocturno con la mirada.
-
¡Mucho poder, zu zeñoria! Pero debo inveztigar, nezezito tiempo...- el
goblin calla mirando fijamente a Kragg hasta que este asiente y dragi
suspira ailiviado.
MARCHA A BOSQUE OSCURO
- Mi zeñor, ze
que dezea partir en buzca de maz enemigoz...pero...pero...¡ahg!¡Zi, zu
zeñoria, Dragi hablará klaro!. hay mucho poder aki, pero aun nezezito
maz tiempo, zi zu zeñoria kiere puedo kedarme y zeguir inveztigando,
¡tengo un regalo! - grita el goblin nocturno para evitar el golpe.-
entre loz reztoz de la primera habitazion Dragi a encontrado ezto, le
protejera a zu zeñoria.-
Kragg agarra con su manaza un pequeño
colgante con
forma de poliedro, enganchado a una gruesa cadena. El colgante parece
hecho de lagun material precioso, pero brilla y cambia de color según
Kragg lo observa. Con un gesto se lo guarda y se gira para marchar, no
sin antes decirle a Dragi.
- Cinco diaz y cinco nochez, brujo.-
Acto seguido Agarra su enorme hacha y con un gruñido la columna orca comienza a avanzar.
(movimientos y recaudación)
EVENTOS ALEATORIOS
Los
orcos se encontraban tirados aqui y allí, alrededor de humeantes
hogueras, mientras los corzos recién cazados escurrian su grasa sobre
las llamas cuando un goblin nocturno se acerco a Kragg, que se
encontraba en la hoguera más grande rodeado de
sus lugartenientes.
-¡Mi zeñor!¡Mi zeñor!¡Humanoz a kaballo!...-
el goblin se detuvo frente a Kragg y detuvo su informe para tomar aire.
Un golpe de Lugdhus, el segundo de Kragg, hizo que el goblin
continuase. - ¡ahg! Mi zeñor, humanoz, a kaballo, con mmucha chapa, a
tres millas al sur. Parece que se mueven hazia el totem.-
- ¿Kuantos? - gruñe Lugdhus, preguntando en el nombre de su jefe.
El
goblin comienza a levantar dedos de forma confusa y empieza a contar,
uan mirada de Kragg detiene su cuenta. - Muchoz. Maz de eztoz. -
Contesta el goblin levantando todos sus dedos.
Lugdhus mira a
Kragg esperando las ordenes del caudillo. Durante un segundo Kragg
parece medir las posibilidades antes de levantarse y coger su hacha,
levantandola en alto y lanzando un rugido que hace que todos los orcos
se giren hacia él.
- ¡A la guerra! - Grita mientras señala con su hacha. Los lugartenientes comienzan a dar rapidas
ordenes y lso orcos comienzan a armarse rapidamente, olvidados ya la carne humeante.
BATALLA
Cuando Galawy llega al lugar elegido
para el combate encuentra a su portaestandarte, Galahad, esperandole. El
lord bretoniano observa el lugar elegido para la batalla y felicita
mentalmente a Sir Cultor. Las fuerzas bretonianas, dos unidades de
caballeros del reino se encuentran en una leve elevación flanqueando a
la unidad de arqueros campesinos que se han unido a los bretonianos
provinientes de Lys y alrededores.. Frente al ejercito bretoniano se
extiende un claro con apenas algun arbol solitario hasta el lindero del
bosque, un par de millas más haya.
- La tropas estan dispuestas, mi señor.- Le informa Galahad. - Los orcos alcanzarán el claro de un momento a otro.
Galawy asiente mientras se dirije a ocupar su puesto al mando de la unidad de caballeros más al Sur. Brienne se coloca frente al ejercito para dirijir los rezos a la dama. Los caballeros descablagan y se arrodillan en el suelo pidiendo la bendición en el combate venidero.
Mientras los caballeros terminan sus rezos la horda orca alcanza el llano. Galawy levanta la cabeza y cruza su mirada con un enorme orco negro que le devuelve una mirada de odio en sus pequeños ojos rojos.
Con un par de gruñidos a sus lugartenientes Kragg, hace que sus guerreros comiencen a desplegar. Se ha enfrentado antes a los caballeros con grandes armaduras y sabe de su velocidad y potencia a la carga. También sabe que sus orcos a pie jamas podran correr los suficiente como para ser ellos los que carguen.
Observa el terreno, y decide modificar alguna de sus ordenes.
- Pekeñajoz al frente; Strug conmigo; Raf al flanko de mi hacha.- Las ordenes salen de entre sus enormes colmillos y no espera a ver si se cumplen. Sus lugartenientes comienzan a gritar las ordenes. Uno de los orcos empieza a empujar a los goblins para que ocupen su puesto.
Kragg se coloca tras los goblins, los utilizará de escudo, aprovehchandose del fanático escondido en sus filas. UNa sonrisa cruza su boca, esta será una gran batalla.
Galawy no se deja engañar, sin duda el orco es feroz pero desde luego no es estupido. La colocación de sus tropas así lo indica. Termina de rezar y monta en su caballo, ayudado por Galahad.
Los orcos ya han comenzado a moverse hacia los pequeños grupos de arboles que se ecunetran a ambos lados de la explanada, estan buscando un obstaculo que les proteja de la segura carga de los bretonianos. Mientras tanto, las flechas goblin comienzan a caer sobre los campesinos, hiriendo a varios. Los arqueros, al ver las bajas, comienzan a huir desordenadamente, perdido ya su valor. Galawy maldice entre dientes pués sabe lo que se avecina.
Galahad, al ver caer a los campesinos, se lanza sobre los goblins, con la intención de hacerles pagar caro las vidas que acaban de sesgar. Galawy intenta rodear el flanco derecho orco, buscando la unidad del caudillo orco negro para poder apoyar la alocada carga de su portaestandarte.
Kragg sonrie cuando ve lanzarse a los bretonianos, esos caballeros le han subestimado y han caido en su trampa. Poco antes de alcanzar a los goblins, que disparan desesperados a los jinetes que se lanzan sobre ellos sin exito, una enorme bola metalica sale despedida de entre las filas de pekeñajoz, seguida de una enorme cadena y de un enloquecido goblin que chilla de placer.
Demasiado tarde Galahad se da cuenta de su error e intenta redirigir la carga pero los bretonianos ya estan lanzados al combate y son imparables, la bola del fanatico golpea brutalmente en Sir Cultor, campeon de la unidad, laplastandole la caja toracica y lanzandolo del caballo. El cuerpo inerme golpea la caballero que marchana tras el, haciendole trastabillar y caer.
La carga es desordenada pero aun así brutal. Los goblins salen despedidos en todas direcciones, son ensartados y pisoteados. Los pocos supervivientes huyen desordenadamente y son lacanzados por las fuerzas bretonianas y exterminados.
- ¡Ordena reorden!¡frente hacia el este!- Grita Galahad al musico que se encuentra a su lado. Los toques de trompeta detienen a los bretonianos y la unidad se recoloca mirando hacia su retaguardia. A pesar de la rápida recolocación, los guerreros de la dama no tienen tiempo más que de aguantar la carga de la unidad de orcos negros. Algunos pieles verdes quedan ensartados en las lanzas, pero son demasidos. Las enormes hachas orcas golpean en las bruñidas armaduras bretonianas hiriendo y rebotando.
- ¡Espadas!¡Espadas!- Ordena el portaestandarte al tiempo que desenvaina la suya y comienza a combatir.
El combate se estanca en un mano a mano. Un par de caballeros son derribados, heridos o muertos, nadie lo sabe. A cambio varios orcos negros resultan también heridos de gravedad y se retiran a las filas de retaguardia, pero los orcos han olido la sangre y no estan dispuestos a retirarse.
En el flnaco derecho Kragg no ha terminado de regocijarse por el exito de su trampa cuando escucha los cascos de lso caballos de Galawy cargando hacia sus hombres . Rapidamente gira a sus chicos pero no lo bastante rápido. Los bretonianos alcanzan a los orcos justo mientras estos giraban. El choque es brutal. La primera linea orca es ensartada y los bretonianos sólo son detenidos cuando los orcos cierran filas y sus lanzas se quiebran contra los toscos escudos.
Mientras tanto Lady Briene reza a la dama para que alguno de los caballeros bretonianos de Galahad sane sus heridas antes de lanzar un potente hechizo xontra el caudillo orca para debilitar su fuerza. Kragg nota una enorme presión en el craneo que le hace gruñir, sus brazos comienzan a perder fuerza y el hacha, antes liviana para el caudillo orco, resulta cada vez más y más pesada. Pero en ese momento el colgante de Kragg que encontro en el Diente del Kraken comienza a brillar y calentarse. Con una sacudida de su enorme cabeza el orco parece despejarse y recuperar su fuerza. Briene le mira sorprendido pero no tiene tiempo de volver a intentar lanzar el hechizo. Kragg toma aire para gritar:
-¡Waaaaaaaaaagh!- El rugido resuena por todo el campo de batalla alentando a los orcos, que se lanzan enloquecidos sobre los bretonianos. La situación parece desesperada.
Galawy se da cuantea de que se encuentran en un combate de desgaste para el que los orocs etan mucho mejor preparados. Evalua las bajas, catastroficas por ambos bandos y toma un decisión.
- ¡Ordena repliegue!- Le grita al musico de la undiad que llevandose el cornetin al los labios comienza a tocar unas notas rápidas.
Galahad levanta la cabeza al oir el toque y mira sorprendido a su señor. Las miradas se cruzan, pero un gesto de asentimiento del Lord hace comprender al postaestandarte de que es la mejor manera de salvaguardar a los hombre. El daño a los orcos esta hecho, e implicarse más en este combate les podría llevar al desastre. Con u ngesto la unidad de Galahad comienza a replegarse hacia la colina al tiempo que la de su señor.
Mientras se retiran, Lady Brienne reza a la dama para que les ayude, apareciendo de la nada un muro de fuego que detiene la persecución del caudillo orco negro.
Kragg gruñe para detener a sus hombres, pero el ansia de combate ha hecho presa de ellos y son necesarios algunos golpes con la parte plana de su hacha para hacerles entender quien es el jefe.
Cuando por fin lo consigue reorganiza a sus guerreros y observa a los bretonianos, que estan desplegados de neuvo en lo alto de la elevación. Kragg y el señor bretoniano se miran un segundo, evaluando, midiendo si merece la pena.
- Hacia el boske. Ahora.- Los orcos comienzan a retirarse con reticencia hacia atras hasta el lindero del bosque mientras los bretonianos les observan hasta que abandonan el campo de batalla.
- La tropas estan dispuestas, mi señor.- Le informa Galahad. - Los orcos alcanzarán el claro de un momento a otro.
Galawy asiente mientras se dirije a ocupar su puesto al mando de la unidad de caballeros más al Sur. Brienne se coloca frente al ejercito para dirijir los rezos a la dama. Los caballeros descablagan y se arrodillan en el suelo pidiendo la bendición en el combate venidero.
Mientras los caballeros terminan sus rezos la horda orca alcanza el llano. Galawy levanta la cabeza y cruza su mirada con un enorme orco negro que le devuelve una mirada de odio en sus pequeños ojos rojos.
Con un par de gruñidos a sus lugartenientes Kragg, hace que sus guerreros comiencen a desplegar. Se ha enfrentado antes a los caballeros con grandes armaduras y sabe de su velocidad y potencia a la carga. También sabe que sus orcos a pie jamas podran correr los suficiente como para ser ellos los que carguen.
Observa el terreno, y decide modificar alguna de sus ordenes.
- Pekeñajoz al frente; Strug conmigo; Raf al flanko de mi hacha.- Las ordenes salen de entre sus enormes colmillos y no espera a ver si se cumplen. Sus lugartenientes comienzan a gritar las ordenes. Uno de los orcos empieza a empujar a los goblins para que ocupen su puesto.
Kragg se coloca tras los goblins, los utilizará de escudo, aprovehchandose del fanático escondido en sus filas. UNa sonrisa cruza su boca, esta será una gran batalla.
Galawy no se deja engañar, sin duda el orco es feroz pero desde luego no es estupido. La colocación de sus tropas así lo indica. Termina de rezar y monta en su caballo, ayudado por Galahad.
Los orcos ya han comenzado a moverse hacia los pequeños grupos de arboles que se ecunetran a ambos lados de la explanada, estan buscando un obstaculo que les proteja de la segura carga de los bretonianos. Mientras tanto, las flechas goblin comienzan a caer sobre los campesinos, hiriendo a varios. Los arqueros, al ver las bajas, comienzan a huir desordenadamente, perdido ya su valor. Galawy maldice entre dientes pués sabe lo que se avecina.
Galahad, al ver caer a los campesinos, se lanza sobre los goblins, con la intención de hacerles pagar caro las vidas que acaban de sesgar. Galawy intenta rodear el flanco derecho orco, buscando la unidad del caudillo orco negro para poder apoyar la alocada carga de su portaestandarte.
Kragg sonrie cuando ve lanzarse a los bretonianos, esos caballeros le han subestimado y han caido en su trampa. Poco antes de alcanzar a los goblins, que disparan desesperados a los jinetes que se lanzan sobre ellos sin exito, una enorme bola metalica sale despedida de entre las filas de pekeñajoz, seguida de una enorme cadena y de un enloquecido goblin que chilla de placer.
Demasiado tarde Galahad se da cuenta de su error e intenta redirigir la carga pero los bretonianos ya estan lanzados al combate y son imparables, la bola del fanatico golpea brutalmente en Sir Cultor, campeon de la unidad, laplastandole la caja toracica y lanzandolo del caballo. El cuerpo inerme golpea la caballero que marchana tras el, haciendole trastabillar y caer.
La carga es desordenada pero aun así brutal. Los goblins salen despedidos en todas direcciones, son ensartados y pisoteados. Los pocos supervivientes huyen desordenadamente y son lacanzados por las fuerzas bretonianas y exterminados.
- ¡Ordena reorden!¡frente hacia el este!- Grita Galahad al musico que se encuentra a su lado. Los toques de trompeta detienen a los bretonianos y la unidad se recoloca mirando hacia su retaguardia. A pesar de la rápida recolocación, los guerreros de la dama no tienen tiempo más que de aguantar la carga de la unidad de orcos negros. Algunos pieles verdes quedan ensartados en las lanzas, pero son demasidos. Las enormes hachas orcas golpean en las bruñidas armaduras bretonianas hiriendo y rebotando.
- ¡Espadas!¡Espadas!- Ordena el portaestandarte al tiempo que desenvaina la suya y comienza a combatir.
El combate se estanca en un mano a mano. Un par de caballeros son derribados, heridos o muertos, nadie lo sabe. A cambio varios orcos negros resultan también heridos de gravedad y se retiran a las filas de retaguardia, pero los orcos han olido la sangre y no estan dispuestos a retirarse.
En el flnaco derecho Kragg no ha terminado de regocijarse por el exito de su trampa cuando escucha los cascos de lso caballos de Galawy cargando hacia sus hombres . Rapidamente gira a sus chicos pero no lo bastante rápido. Los bretonianos alcanzan a los orcos justo mientras estos giraban. El choque es brutal. La primera linea orca es ensartada y los bretonianos sólo son detenidos cuando los orcos cierran filas y sus lanzas se quiebran contra los toscos escudos.
Mientras tanto Lady Briene reza a la dama para que alguno de los caballeros bretonianos de Galahad sane sus heridas antes de lanzar un potente hechizo xontra el caudillo orca para debilitar su fuerza. Kragg nota una enorme presión en el craneo que le hace gruñir, sus brazos comienzan a perder fuerza y el hacha, antes liviana para el caudillo orco, resulta cada vez más y más pesada. Pero en ese momento el colgante de Kragg que encontro en el Diente del Kraken comienza a brillar y calentarse. Con una sacudida de su enorme cabeza el orco parece despejarse y recuperar su fuerza. Briene le mira sorprendido pero no tiene tiempo de volver a intentar lanzar el hechizo. Kragg toma aire para gritar:
-¡Waaaaaaaaaagh!- El rugido resuena por todo el campo de batalla alentando a los orcos, que se lanzan enloquecidos sobre los bretonianos. La situación parece desesperada.
Galawy se da cuantea de que se encuentran en un combate de desgaste para el que los orocs etan mucho mejor preparados. Evalua las bajas, catastroficas por ambos bandos y toma un decisión.
- ¡Ordena repliegue!- Le grita al musico de la undiad que llevandose el cornetin al los labios comienza a tocar unas notas rápidas.
Galahad levanta la cabeza al oir el toque y mira sorprendido a su señor. Las miradas se cruzan, pero un gesto de asentimiento del Lord hace comprender al postaestandarte de que es la mejor manera de salvaguardar a los hombre. El daño a los orcos esta hecho, e implicarse más en este combate les podría llevar al desastre. Con u ngesto la unidad de Galahad comienza a replegarse hacia la colina al tiempo que la de su señor.
Mientras se retiran, Lady Brienne reza a la dama para que les ayude, apareciendo de la nada un muro de fuego que detiene la persecución del caudillo orco negro.
Kragg gruñe para detener a sus hombres, pero el ansia de combate ha hecho presa de ellos y son necesarios algunos golpes con la parte plana de su hacha para hacerles entender quien es el jefe.
Cuando por fin lo consigue reorganiza a sus guerreros y observa a los bretonianos, que estan desplegados de neuvo en lo alto de la elevación. Kragg y el señor bretoniano se miran un segundo, evaluando, midiendo si merece la pena.
- Hacia el boske. Ahora.- Los orcos comienzan a retirarse con reticencia hacia atras hasta el lindero del bosque mientras los bretonianos les observan hasta que abandonan el campo de batalla.
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